La brecha digital en la actualidad marca grandes diferencias entre la sociedad. De ahí que para contar con un progreso social sea necesaria la equidad digital.
Esta equidad se traduce en tener la posibilidad de acceder a los dispositivos o a las capacidades digitales, es decir, a una alfabetización digital que permita, además, tener acceso a servicios tan sencillos como utilizar la banca online o hacer una compra en Internet. Toda la sociedad debe tener acceso a estas funcionalidades básicas con independencia de la edad, del género o de la situación geográfica, entre otros aspectos. La raíz del problema está en los 17 millones de españoles que carecen de una mínima formación o capacidades digitales, ya sean personas mayores o pensionistas, parados, estudiantes, etc.
Las compañías se deben transformar de manera sencilla hacia un impacto positivo en la sociedad pensando tanto en la actualidad como en las generaciones futuras.